Queridos amigos, soy Jeshua

Estoy encantado de hablar con ustedes de esta manera. Yo siempre estoy con ustedes, pero estoy tan feliz de poder hablarles a través de un canal humano, ya que me hace más visible a ustedes en el mundo material en el que ustedes viven.

Puede parecer extraño escuchar a un ser humano hablando en nombre de algún otro, pero no es tan extraño si consideran que somos Uno. En nuestros corazones hay unidad, que es un hilo común que nos une a todos. Es el hilo del amor, de la vida misma. Somos uno, ustedes y yo. Yo también hablo a través de ustedes,

«En el momento en que sienten amor y compasión por alguien más o por ustedes mismos. En ese momento el Cristo despierta dentro de ustedes. Y somos uno, y ustedes me están canalizando.»

En estos días de fiesta, en Navidad, ustedes celebran mi nacimiento en su planeta alrededor de dos mil años atrás. Ustedes celebran mi llegada a la Tierra como un pequeño bebé, en circunstancias pobres y humildes. Sin embargo, yo hoy celebro vuestro nacimiento, vuestro nacimiento en la conciencia Crística. Ustedes son los Cristos que despiertan hoy, y en realidad eso es mucho más importante que mi nacimiento en los tiempos históricos dos mil años atrás.

Todo es acerca del Ahora, acerca del presente. Y a medida que ustedes halagan a ese pequeño bebé nacido en Belén, yo les pido que se miren a ustedes mismos y que se vean a ustedes mismos en mí cuando nací en aquellos tiempos. Mírenme, recostado en el pesebre. ¿Era yo todopoderoso, omnisciente? No, no lo era. Yo era frágil, vulnerable como cualquier ser humano recién nacido en la Tierra. Y, por otro lado, estaba lleno de poder, pero no de poder humano sino de poder divino. Estaba lleno de confianza, lleno de fe. Sabía que era conducido por poderes cósmicos. Estaba seguro. Y eso mismo vale para ustedes.

Ustedes son muy alentados a ser humanos, a ser frágiles y vulnerables. Eso no los separa de su verdadero poder. Su verdadero poder yace en la conexión que ustedes sienten con el Espíritu, con el Cosmos. El Cosmos significativo que los conduce a través de la vida y quiere desplegar vuestro potencial para que expresen todo lo que son. Ustedes llevan el Cristo adentro. La conciencia Crística en esta época está naciendo a una gran escala. Ustedes son quienes contribuyen en esto. Ustedes están despertando. 

«Tengan fe en este proceso, incluso si por momentos los hace sentir temerosos o terriblemente vulnerables. Se trata de tener fe y confianza.»

Una vez dije: “los mansos heredarán la Tierra”. Ustedes son los mansos. A veces ustedes sienten que necesitan ser como héroes, omniscientes, que tienen que elevarse por encima de todas las emociones traumáticas que sienten por dentro. No tienen que hacer eso. Pueden ser mansos y humildes. Porque al ser así su corazón está plenamente abierto al milagro de la vida, al milagro de la conciencia Crística, a perdonarse a ustedes mismos y a perdonar a otros.

Yo los saludo en este día y les deseo una Feliz Navidad. Que puedan tener fe en su propio camino.

Yo estoy parado justo a su lado. Yo no estoy lejos, ¡para nada! Estoy muy cerca de su corazón. Tengan fe en mí, sientan nuestra unidad.

Si se sienten afligidos o solos o temerosos, sepan que yo los conozco. Mi compasión se extiende hacia ustedes. Ustedes son hermosos, un ángel de luz radiante. Han tenido que tener mucho coraje para encarnar en la Tierra una vez más, en este cuerpo en el que ahora están viviendo.

Nosotros, desde este lado, tenemos el mayor respeto por ustedes. Los miedos nunca son juzgados. No hay otra cosa más que amor y comprensión para ustedes, especialmente cuando se sienten desanimados y deprimidos. Llámennos, siempre estamos ahí, sus guías, sus ángeles… Nos da verdadera alegría y felicidad aliviar un poco su carga, su soledad.

Los amamos profundamente.

Con amor

Jeshua

Canalizado por Pamela Kribbe

 

Traducción: Sandra Gusella